![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTiagNb6RTxs6r9uU1A-FlsY6H9jeqwViZ0FrGhocPsrqzW7NzwYQ-puit6N7kWA7f9N3fd1aLAMSNmL-5Zmg3U3W8J5_gM27XmAkRuosyrNvccI8itun2L1JAvRxC8Yw7yNvnLEXtwD3A/s200/MUERTEPORCAFE.jpg)
Daniela Edburg, Death by coffee. http://www.danielaedburg.net/#/content/pictures2/MUERTEPORCAFE.jpg/
El cielo amarillo, la ciudad en colores pálidos, matices de decoración antigua, los hombres siempre de trajes oscuros, las mujeres con altos tacones, vestidos con la cintura ajustada y faldas largas. Las casas escondían espacios pequeños, un laberinto de cuartos. Entre la multitud de casas, una a lado de la otra, un escenario de ladrillos multiplicados en estructuras simples de ventanas pequeñas delimitadas por marcos blancos, un árbol al frente para decorar las fachadas, había una convertida en una cafetería y pastelería. La dueña era una mujer pequeña y delgada, pelo corto negro y piel blanca, se movía despacio, como ramas sin volumen animadas por lluvia imperceptible. Sus pasteles siempre con forma de manzanas, las galletas las servía en canastas; y, la gente decía que, en su diminuta cocina café con electrodomésticos dispuestos como juego de niñas, pájaros falsos, de ojos gigantes y azul eléctricos, ilustraciones sin voz colgadas por hilos transparentes, le ayudaban a cocinar mientras cantaba. Ella no lo negaba, le gustaba ser un cuento, haber recortado su imagen de dibujos de Marianne Stokes: las paredes las había decorado con pinturas, postales y timbres de la misma autora, mujeres bidimensionales, de caras redondas y los ojos semiabiertos.
Para mantener la imagen de princesa adormecida debía ocultar su adicción al café: entre las puertas de su cocina, detrás de las cortinas, dentro de los pasteles que comía ocultaba granos de café, dulces de café, bebidas preparadas de café. Era una imagen por cada vez que lo probaba: café, soñar entre trigo que se sueña y así no corta, café, una cabaña construida por historias, café, tardes grises con nubes marrón, café, viento de mariposa, café, las semillas coloreando cartas que sólo se leen una vez.
Después de cerrar la tienda se escondía, sentada a lado del horno y bebía café mientras leía cuentos rusos, cuentos llenos de nieve y frío, palabras de hielo que invadían a los autores a los que imaginaba o en cuartos vacíos con una máquina de escribir negra y vieja, o sentados en una cancha de tenis abandonada donde se dedicaba a tejer con la red mantos de palomillas. Después de horas así escondía otra vez el café y se llevaba el libro, los guardaba en estanterías protegidas por rejas, temía que monstruos gélidos pudieran escapar y atraparla en esferas navideñas.
En las mañanas las ojeras eran un fantasma rojizo con olor caliente, olor a tiempo que se desvanecía bajo capas de maquillaje muerto que la hacía verse más viva. Cubrirse en una neblina con sabor artificial, usar un vestido azul que al darse la vuelta desapareciera el polvo de nubes destiladas.
Todas las noches eran iguales hasta la última. Leyó hasta quedarse dormida y entonces del libro, de las palabras salió un monstruo nórdico, un aire impalpable que conformó figuras de café seres líquidos que se movían como sombras, avanzaban sobre ella que no despertó hasta sentirse congelada y húmeda, rodeada por semillas de café que brincaban y formaban figuras de fractales deformándose para adecuarse a su forma, cubrirla, esconderla y desaparecerla.
Tazas y tazas de café salieron, cada persona que fue a buscarla entraba evitaba las sombras y recogían algunos de los granos que tapizaban el piso.
3 comentarios:
siempre me sorprenden tus textos en definitiva el cafe se siente se huele aparese y desaparese lo moustros salen por debajo de mi cama y tus palabras cobran vida en las paredes del cuarto lovely in deed
"le gustaba ser un cuento" y luego los cuentos acabaron con ella, los cuentos rusos, tan helados que se escaparon de los sueños de sus autores directo a la cocina.
La protagonista guardó en secreto el café, quizá Tolstoi y Dostoievski habrían terminado atacados por sus secretos si no hubieran escrito y compartido. Tú tienes un blog, estás a salvo.
Mau
COmo siempre hermoso, pero sin traduccción, jajajajaja, te quiero mucho, solo lamento que no sean MAS SEGUIDOS, TQM pequeña.
Publicar un comentario